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Género en la gestión pública – Nivel avanzado

Transversalizar el enfoque de género en la gestión pública implica llevarlo a todas las fases del ciclo de la gestión pública: planeación, ejecución, monitoreo/seguimiento y evaluación. 

En esta unidad aprenderás a plantearte y a resolver tres preguntas básicas para integrar el enfoque de género a la primera de las fases de este ciclo: la planeación. 

¡Si nos olvidamos de incorporar el enfoque de género en el primer momento de la gestión pública, no lograremos el objetivo de transversalizar!

TAREAS DE LA FASE DE PLANEACIÓN CON ENFOQUE DE GÉNERO

En la fase de planeación los servidores y servidoras públicos nos disponemos a hacer al menos tres tareas en las que podemos incorporar el enfoque de género. Esas tareas son: 

  • Hacer diagnósticos 
  • Hacer análisis de problemas 
  • Plantear objetivos

Incorporar el enfoque de género a la hora de hacer estas tareas de la planeación quiere decir que las vamos a hacer sin olvidarnos de la desigualdad de género y pensando siempre en acciones que contribuyan a cerrar la brecha de género y eliminar la desigualdad.

A esta altura del curso de Género en la gestión pública debemos tener completamente claro que todas las problemáticas afectan de manera distinta a mujeres y hombres. Esta claridad es lo que debe orientarnos a la hora de hacer las tareas de planeación con enfoque de género. 

Incorporar el enfoque de género en la planeación no es incluir “temas de mujeres” en la fase de planeación. ¡Recuerda que todos los temas son de mujeres! Incorporar el enfoque de género en la planeación es abordar todos los temas de la administración teniendo en cuenta que afectan de modo distinto a las mujeres.

TRES PREGUNTAS PARA HACER PLANEACIÓN CON ENFOQUE DE GÉNERO

Durante la fase de planeación se identifican situaciones problemáticas que la administración municipal quiere abordar con el propósito de mejorarlas. 

Por ejemplo: 

  • Aumento de accidentalidad en el municipio 
  • Alta tasa de desempleo 


Ante cualquier problema identificado o ante cualquier asunto sobre el cual se quiera hacer un diagnóstico, la pregunta #1 que debemos hacer para incorporar el enfoque de género es:

Pregunta #1 para planear con enfoque de género

¿Qué tanto afecta este problema a hombres y a mujeres?

¡No debemos resolver esta pregunta con especulaciones! Se trata de buscar una respuesta basada en datos concretos. 

Por ejemplo, siguiendo con las situaciones problemáticas planteadas arriba, deberíamos resolver las siguientes preguntas: 

  • ¿Quiénes son las víctimas de los accidentes mayoritariamente? 
  • ¿La tasa de desempleo para hombres es igual que para mujeres? 


Para obtener esta información nos puede ayudar ir a los datos desagregados. Es decir, desagregar los datos totales sobre víctimas de accidentes o sobre tasa de desempleo y verificar cuántas mujeres y cuántos hombres padecen la problemática.

Pero no es suficiente trabajar solamente con los datos desagregados. Podemos y debemos completar nuestra mirada desde el enfoque de género haciendo preguntas que complementen el diagnóstico y nos ayuden a profundizarlo. 

Esto lo lograremos si nos preguntamos por las causas y efectos de los problemas pensando en la situación de las mujeres. 

Esto es muy importante porque muchos de los análisis de los problemas arrastran sesgos de género que invisibilizan las maneras en las que las mujeres son afectadas por ellos. Sólo si nos volvemos a preguntar por las causas y los efectos de los problemas que estemos analizando estaremos ayudando a eliminar esos sesgos y a traer a la luz el impacto de esos problemas sobre las mujeres.

Por eso, la pregunta #2 que debemos hacer para incorporar el enfoque de género durante la fase de planeación es: 

Pregunta #2 para planear con enfoque de género

¿Cuál es la información relacionada con este problema que nos permitirá ver la situación real de las mujeres dentro de él? 

Por ejemplo, si el problema es la accidentalidad vial, alguna información relacionada con el problema que nos ayudaría a ver la situación específica de las mujeres sería saber: 

  • ¿Qué medios de transporte utilizan las mujeres? 
  • ¿Cuál es el que más usan y cuál el que menos usan? 
  • ¿Cuáles son los recorridos que hacen habitualmente las mujeres? 


Este tipo de preguntas muy seguramente nos ayudarán a hacer más específico el problema y a darnos cuenta de que eso que estamos llamando de manera general “accidentalidad vial que ha aumentado” puede ser solamente un aumento en las muertes de las mujeres peatones en zonas cercanas a instituciones educativas u hospitales.

Fíjate entonces que al hacer preguntas con enfoque de género durante el análisis de un problema no sólo estamos clarificando cómo impacta el problema a las mujeres... ¡Realmente estamos aportando a una comprensión más clara y exacta de la problemática general! 

Sigamos entendiendo este asunto con el ejemplo del desempleo. Alguna información relacionada con este problema que nos ayudaría a ver la situación específica de las mujeres sería esta: 

  • ¿Qué le está impidiendo a las mujeres acceder al mercado laboral? 
  • ¿Hay trabajos en los que tradicionalmente se vincula a hombres y no a mujeres? 
  • ¿Las labores de cuidado les impiden a las mujeres la búsqueda de trabajo? 
  • ¿Hay barreras para las mujeres en el acceso a la educación que puedan tener que ver con el acceso al empleo? 


Cuando contamos con datos desagregados, pero además nos hacemos otras preguntas para indagar en las causas y consecuencias del problema específicas para las mujeres, estamos dando un paso muy significativo en la incorporación y transversalización del enfoque de género en la gestión pública.

Lo más común es que los servidores y servidoras públicos se inclinen a analizar con perspectiva de género sólo los problemas que se asocian a las mujeres, como por ejemplo el aumento de casos de violencia contra las mujeres, la salud sexual y reproductiva, etc. Pero una vez se ha entendido que todos los temas son temas de mujeres, estamos listos para introducir preguntas que permitirán analizarlo con enfoque de género.

Las preguntas #1 y #2 nos ayudarán a que los análisis de problemas y los diagnósticos tengan enfoque de género. 

Ahora, el paso siguiente es asegurarnos de que el enfoque de género llegue también al momento en que se plantean los objetivos para solucionar o mejorar los problemas.

Por eso, la pregunta #3 que debemos hacer para incorporar el enfoque de género durante la fase de planeación es: 

Pregunta #3 para planear con enfoque de género

¿Las acciones que buscan mejorar el problema tienen en cuenta la situación específica de las mujeres en el problema, especialmente las causas que las vinculan al problema y los efectos que tiene sobre ellas?

Esta pregunta es muy importante porque el mayor riesgo que corremos al no analizar los problemas desde una perspectiva de género es el de plantear como solución unas acciones que no sólo no van a contribuir a la igualdad, sino que probablemente van a profundizar el problema y las desigualdades de género. 

Por ejemplo, puede ser que la administración plantee que para solucionar el problema de la accidentalidad vial se deben implementar acciones como fomentar mejores prácticas de conducción, particularmente el uso del cinturón de seguridad. 

Pero el análisis del problema con enfoque de género, como hemos visto, puede revelar que la mayor parte de accidentes afectan a mujeres que van a pie a dejar y a recoger a sus hijos al colegio. De modo que la solución planteada no va a tener ningún efecto real en la problemática. En cambio, el enfoque de género puede ayudar a encontrar un objetivo que sí impacte en el mejoramiento del problema, como, por ejemplo, el aumento de pasos peatonales en zonas escolares. 

Si omitiéramos la información encontrada en el análisis con enfoque de género en el problema de desempleo, podríamos incurrir en errores similares. 

Por ejemplo, para disminuir la tasa de desempleo podría planearse como objetivo establecer una alianza con el sector privado para la creación de empleo… 

Pero es muy probable que después de implementar esta acción la tasa de desempleo siga igual, pues el número de mujeres desempleadas va a seguir siendo el mismo dado que la causa de su desempleo es que no pueden acceder a él debido a las labores de cuidado. En ese caso, las acciones definidas deberían atacar esa causa y ser otras diferentes. 

Es por esto que hacer un análisis con enfoque de género debe conducirnos a planear acciones que de manera concreta contribuyan a cerrar la brecha de género. 

Como servidoras y servidores públicos sabemos que el análisis de problemas es la herramienta fundamental para la definición de los objetivos estratégicos al momento de planear. Sin embargo, es muy común encontrar planeaciones que no han sido capaces de identificar los problemas, ni las causas y los efectos de los mismos para el caso específico de las mujeres. 

Al no considerar las causas, estos problemas van a continuar reapareciendo a lo largo del tiempo. La aplicación sistemática del enfoque de género al análisis de los problemas es de gran utilidad para evitar que esto ocurra.

Para transversalizar el enfoque de género y cumplir como servidores y servidoras públicos con la meta de eliminación de la desigualdad, es fundamental crear las condiciones para monitorear los avances del municipio en relación al cierre de la brecha de género.

En esta unidad aprenderás a monitorear el cierre de la brecha de género mediante la construcción de indicadores sensibles al género.

¡Sin indicadores sensibles al género es muy difícil que puedas saber si la gestión pública municipal está contribuyendo a eliminar las desigualdades entre hombres y mujeres!

INDICADORES EN GENERAL E INDICADORES DE GÉNERO

Un indicador es una medida que indica una situación o condición específica, y sirve para medir las variaciones en esa situación o condición a lo largo del tiempo. 

Los indicadores de género tienen la función especial de señalar los cambios sociales de las relaciones de género a lo largo del tiempo. Su utilidad específica se centra en medir si la igualdad de oportunidades está siendo alcanzada a través de las acciones planificadas en la gestión pública. 

Los indicadores de género tienen, por ejemplo, el potencial de ayudarnos a ver: 

  • En qué medida hombres y mujeres participan en proyectos, así como las razones de sus ausencias en los mismos. 
  • En qué medida se han tomado en cuenta las necesidades básicas y estratégicas de hombres y mujeres, y si las acciones planeadas responden a las mismas. 
  • En qué forma se ha tratado o se ha ignorado la discriminación de género. 
  • En qué medida un proyecto o programa afecta a los roles de género, y si estos roles son cambiantes en el tiempo. 


Durante mucho tiempo, los indicadores cuantitativos eran considerados automáticamente como “objetivos”. Sin embargo, personas expertas en género han señalado que, por ejemplo, el uso de indicadores económicos en el ámbito del trabajo hasta hace muy poco se hacía omitiendo la realidad específica del trabajo de las mujeres.

Al haber descubierto que los indicadores se estructuraban invisibilizando la desigualdad de género, se ha producido un llamado concreto por parte de las expertas y expertos en género que promueve dos procedimientos: 

  • La recolección de información desagregada por sexo. 
  • La generación de indicadores específicos de género.

CÓMO SE CONSTRUYE UN INDICADOR

Hay muchas guías para construir indicadores. Varias de esas guías disponibles son extensas y tienen en cuenta detalles e información técnica muy precisa. Acá retomaremos algunos de los aspectos básicos de la construcción de indicadores. 

Para hacer un indicador debemos tener en cuenta 3 cosas:

Vamos a ver cómo se construye un indicador con 3 ejemplos sencillos

Con revisar estos ejemplos ya nos vamos haciendo una idea de cómo se construye un indicador. 

Además, en la unidad anterior hemos visto que en la fase de planeación debemos establecer cuál es la situación de los hombres y las mujeres en el tema o problema que se esté abordando. Los indicadores nos van a ayudar a medir la evolución del problema, es decir, a hacer seguimiento y evaluación. 

Al momento de hacer los indicadores seguramente ya tienes definido el tema o asunto que vas a tratar. Acá vamos a explicar la construcción de un indicador con un ejemplo. Para ese ejemplo hemos elegido este tema: fomento de la educación superior

Con el tema definido debemos buscar una acción en ese campo. Por ejemplo: fomentar el acceso a programas de formación técnica en alianza con el Servicio Nacional de Aprendizaje SENA. 

Ahora, debemos pasar a definir un objetivo. Por ejemplo: aumentar la matrícula en programas de formación técnica ofrecidos por el Servicio Nacional de Aprendizaje SENA

Si planteamos un objetivo como ese, se puede decir que para indicar que el objetivo se cumple es necesario, después de implementar varias acciones, verificar el porcentaje de aumento de la matrícula en programas de formación técnica ofrecidos por el SENA. ¡Pero si formulamos ese indicador no será posible medir si las acciones que se están implementando ayudan o no a cerrar la brecha de género! 

Siguiendo con este ejemplo, la clave estaría en lograr que el programa de formación técnica sí ayude a cerrar la brecha de género, pero sin invertir nuevos recursos. ¿Cómo podemos hacer esto? El secreto está en los indicadores sensibles al género. Si un programa que ya tiene recursos asignados cuenta con indicadores sensibles al género, podremos medir su aporte al cierre de la brecha de género. 

A continuación aprenderás a construir indicadores sensibles al género.

INDICADORES SENSIBLES AL GÉNERO

Para arrancar es fundamental tener muy bien definido tu objetivo. Por ejemplo: aumentar la matrícula en programas ofrecidos por el Servicio Nacional de Aprendizaje

Luego, hay que tener en cuenta que para cumplir este objetivo se requiere de productos concretos. Por ejemplo: i. Entregar créditos a los estudiantes, ii. Divulgar información para que la población conozca la oferta educativa. 

Una vez se tengan el objetivo y los productos o pasos concretos que se van a dar, se deben construir los indicadores en este orden: indicadores de producto, indicadores de resultado, e indicadores de impacto.

INDICADORES DE PRODUCTO

Un indicador de producto es una medida que evalúa directamente los resultados o productos tangibles de un programa, proyecto o actividad. 

En este caso, el indicador de producto podría ser sólo el número de créditos entregados. Pero en este nivel es justamente donde podrás ver cómo se están distribuyendo los productos tangibles de tu proyecto entre hombres y mujeres. Por esta razón, el indicador de producto debe estar desagregado por género así:

  • Número de de créditos entregados a mujeres 
  • Número de créditos entregados a hombres 
  • Monto de dinero de los créditos entregados a mujeres 
  • Monto de dinero de los créditos entregados a hombres 


Que el indicador de producto esté desagregado es muy importante porque si en el monitoreo te das cuenta de que en el municipio, por ejemplo, se entregaron 12 créditos a hombres y 3 créditos a mujeres, puedes empezar a hacerte preguntas sobre por qué ocurrió esto y qué puedes hacer para que cambie.

En cambio, si a la hora de hacer el monitoreo sólo vieras el número total de créditos entregados y verificaras que entregaste los 15 créditos, puede que te parezca satisfactorio y suficiente, pero no podrás evidenciar de ninguna manera que el programa de aumento de fomento de la educación superior está aportando a reducir la brecha de género.

INDICADORES DE RESULTADO

Un indicador de resultado mide los resultados inmediatos del programa. Esto quiere decir que miden cuál es el output a corto plazo de las acciones. 

En este caso, el indicador de resultado podría considerarse simplemente el porcentaje de aumento de la matrícula en programas ofrecidos por el SENA, o el número de estudiantes nuevos matriculados en programas ofrecidos por el SENA. Pero, de nuevo, en este nivel es importante desagregar el indicador así: 

  • Número de mujeres entre los nuevos matriculados 
  • Número de hombres entre los nuevos matriculados 
  • Porcentaje de mujeres entre los nuevos matriculados 
  • Porcentaje de hombres entre los nuevos matriculados 


Dentro de los indicadores de resultado, puedes crear otros indicadores para medir aspectos cualitativos que pueden ser relevantes para análisis posteriores. Por ejemplo:

  • Programas en los que se inscriben los hombres 
  • Programas en los que se inscriben las mujeres 


Esta información facilitará y promoverá nuevos análisis que permitan al equipo de la administración abordar la problemática de los roles de género. Si se observa, por ejemplo, que hay programas de estudio feminizados, es decir, que se consideran “de mujeres” por estar asociados a labores que se relacionan con los roles asignados socialmente a las mujeres, la administración podrá tomar conciencia al respecto y planear acciones para ayudar a cambiar esta situación.

INDICADORES DE IMPACTO

Los indicadores de impacto son los indicadores que miden la efectividad de un programa y resultan especialmente idóneos para analizar la situación de hombres y mujeres como consecuencia del desarrollo de proyectos. Se obtienen únicamente después de que ha finalizado el proyecto y ha transcurrido el tiempo necesario para comprobar el efecto de las medidas aplicadas. 

En este caso, el indicador de resultado podría considerarse simplemente la tasa de participación de jóvenes entre 17 y 27 años en programas de educación superior. Pero también acá es necesario desagregar el indicador de impacto así: 

  • Tasa de participación de las mujeres en programas de educación superior 
  • Tasa de participación de los hombres en programas de educación superior

¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE APRENDER A CONSTRUIR INDICADORES SENSIBLES AL GÉNERO?

La transversalización del enfoque de género es la meta que debe trazarse una administración pública municipal que busca contribuir a eliminar la desigualdad de género. Para eso, los servidores y las servidoras que trabajan los asuntos de género deben superar la creencia de que el trabajo en género implica siempre la creación de nuevos programas y la asignación de nuevos recursos. Esta creencia limita gravemente nuestra capacidad de acción para mejorar la situación de las mujeres en el municipio. 

Por el contrario, los servidores y las servidoras responsables de los asuntos de género en una administración municipal deben aprender a monitorear con enfoque de género todos los temas que aborda la administración con el objetivo de identificar qué tanto están aportando al cierre de la brecha de género. Para llevar a cabo esta tarea, es fundamental aprender a construir indicadores sensibles al género y monitorear. 

Este procedimiento es fundamental para nuestro trabajo porque si contamos con este tipo de indicadores empezaremos a recopilar información desagregada que luego, además, podrá ser utilizada en la fase de planeación. ¡Debemos darnos cuenta de que no necesitamos planear siempre nuevos programas o nuevos recursos! Con la información que recojamos en el monitoreo gracias a los indicadores sensibles al género, podremos identificar qué programas y proyectos ya existentes no están contribuyendo al cierre de la brecha y así focalizar acciones y esfuerzos en el marco de procesos que ya existen y ya cuentan con recursos. 

Podemos ilustrar esta importancia con el ejemplo con el que trabajamos en esta unidad. Si al monitorear nos damos cuenta de que el número de matriculados a programas del SENA está aumentando pero las mujeres en específico no están yendo a matricularse (es decir, que los matriculados son mayoritariamente hombres), podremos preguntarnos por qué pasa eso… 

Al indagar sobre la situación, quizás descubramos cosas como que todos los horarios de los programas que se están ofreciendo interrumpen otras actividades en las que se ocupan las mujeres del municipio. De este modo, habremos identificado un ajuste preciso que se le puede hacer al programa (un ajuste de horarios) que no implica mayor inversión de recursos pero que sí tiene el potencial de impactar en el cierre de la brecha de género.

UN MENSAJE PARA EL FINAL DE ESTE CURSO

¡Felicitaciones por haber llegado hasta aquí! 

Ahora tienes conocimientos y herramientas para liderar con acciones concretas la incorporación del enfoque de género en tu municipio. 

Recuerda que siempre puedes volver a los contenidos de este curso para reforzar conocimientos, descargar herramientas o despejar dudas.

EVALUACIÓN FINAL

Te invitamos a responder este test de evaluación sólo si has trabajado el contenido completo de todas las unidades del nivel intermedio y te has familiarizado con todas las herramientas. 

El test está compuesto de 7 preguntas de selección múltiple con una única respuesta correcta. 

Al completar el test obtendrás los resultados. Analiza tu desempeño y repasa los temas en los que no hayas seleccionado la respuesta correcta. 

Después de leer el enunciado cuidadosamente, selecciona la respuesta correcta. Sólo una respuesta es correcta.




¿Qué quiere decir “transversalizar” el enfoque de género en la gestión pública?
Para incluir el enfoque de género durante la planeación es necesario:
Cuando se hace planeación con enfoque de género debemos preguntarnos qué tanto afecta un problema a hombres y mujeres. Para responder adecuadamente a esa pregunta debemos recurrir a:
¿Qué define a los indicadores sensibles al género?
¿Por qué es importante aprender a construir indicadores sensibles al género?
¿Cuál de las siguientes descripciones es una descripción correcta del proceso mediate el cual se construye un indicador sensible al género?
Selecciona la afirmación verdadera, teniendo en cuenta tu aprendizaje sobre la construcción de indicadores sensibles al género.
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